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Cuando eres mujer, las puertas no se abren de la misma forma

María Salud lleva 18 años al frente de su empresa, pero comenta que no ha sido fácil mantenerse en un mercado tan competido. Hoy, ella busca compartir algo de su conocimiento con otras mujeres en la industria.

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María Salud

María Salud, fundadora de Acabados Metálicos Industriales. Foto: Cortesía.

A María Salud la vida como emprendedora la tomó por sorpresa pues nunca imaginó que su carrera en Ingeniería Químico-Industrial (de la que se graduó en Instituto Politécnico Nacional) la llevaría a crear su propia empresa. Hace más de 18 años, una persona que conocía le planteó la posibilidad de convertirse en proveedora para talleres de acabados superficiales. “Era un área que yo desconocía y empecé a visitar algunos clientes, a conocer los procesos y se me hizo un mercado muy amplio e interesante”.

Poco después le “surgió el gusanito de hacer algún producto para preparar superficies” y, desde entonces, se desempeña como empresaria independiente ofreciendo productos y servicio a empresas y talleres que aplican pintura electrostática. “Damos servicio a la industria para preparar superficies metálicas y que posteriormente se les aplique un recubrimiento”, comenta.

“Para las mujeres es un reto doble, porque normalmente es un mercado donde en casi todos los procesos están involucrados los hombres”.

Si bien establecer su propia firma y empezar a ganarse la confianza de los clientes significó un gran reto para ella, también lo ha sido mantenerse a lo largo de los años. “Al igual que todas las áreas, este mercado cambia día con día. Se introducen nuevas tecnologías, nuevos sistemas y procesos, entonces, sigue siendo un reto porque tengo que mantenerme vigente. Hay que estudiar, evolucionar y buscar nuevas técnicas, productos, materias primas”.

Salud y parte de su equipo. Foto: Cortesía.

A las presiones que supone un mercado industrial tan competido, esta profesional suma el hecho mismo de ser mujer. “Para las mujeres es un reto doble, porque normalmente es un mercado donde en casi todos los procesos están involucrados los hombres, entonces de repente es un poco incómodo llegar a las empresas y verte rodeada de personal masculino”.

Aunque Salud agradece que casi siempre le ha tocado tratar con gente “muy muy respetuosa” que le ha permitido acceder a los procesos, “aún así hay ocasiones en que ves que las puertas no se abren de la misma forma para todas las mujeres. Se tiene que trabajar un poco más para demostrar que también podemos resolver problemas en la industria y establecer relaciones comerciales firmes, duraderas y de confianza”.

“Se tiene que trabajar un poco más para demostrar que también podemos resolver problemas en la industria y establecer relaciones comerciales firmes, duraderas y de confianza”.

Esta profesional comenta que, incluso, a veces ha llegado a escuchar en las plantas de producción “comentarios no muy agradables”, aunque ella entiende que “al final, es una cultura muy arraigada a través de los años, pero nosotras debemos encargarnos de extinguir ese paradigma y demostrar con hechos que podemos competir laboralmente con el sexo masculino”.

Al preguntarle a esta empresaria si tuvo alguna figura femenina que la hubiera inspirado, ella recuerda que su madre la educó para ser independiente y, después, conoció a la jefa del laboratorio donde hizo sus prácticas profesionales. “Fue una persona que me inspiró y al verla dije: ¡Quiero ser ingeniera químico industrial!”.

No obstante, cuando decidió montar su negocio, un hombre fue quien le proveyó mentoría, le compartió información para aprender sobre los acabados y la motivó en los momentos difíciles. “En más de una ocasión quise tirar la toalla porque no veía muchas posibilidades, pero esta persona siempre me decía: ‘Sí puedes. Tienes que salir adelante. ¿Qué necesitas?’ Y eso me fortaleció para continuar esta carrera”.

Esta profesional destaca que, además de su mentor, hubo otro profesional que la ayudó a darle un nuevo impulso a su carrera y a continuar preparándome en el arduo camino industrial. “Me enseñó que no debemos dejar de aprender, ya que es lo único que nos lleva a tomar mejores decisiones. Cada persona que se cruza en tu camino puede contribuir a tu crecimiento, el secreto es aprender a escuchar y tomar lo mejor de ellas”.

“Me gustaría verlas algún día como las jefas o gerentes de la organización en que laboran”.

Esta empresaria busca ahora contribuir de forma positiva cuando le es posible y en las constantes visitas a plantas y talleres que hace por su trabajo trata de compartir con las operarias algo de su conocimiento.

“Procuro impulsarlas y transmitirles parte de lo que sé para que surja en ellas esa chispa de querer ir más allá y no quedarse aplicando pintura”. Y, al parecer, la estrategia ha funcionado, pues a decir de Salud, en tres ocasiones esas mujeres “lograron ir más allá, ahora son las supervisoras de su área y han retomado la escuela. Me gustaría verlas algún día como las jefas o gerentes de la organización en que laboran”.

Cuando tocamos el tema de lo que se requiere para lograr la equidad entre los sexos, la empresaria señala que “todos los días se habla en los medios de comunicación de ampliar las oportunidades para las mujeres, pero pienso que más bien se necesita trabajar desde los gobiernos, desde la cabeza del país para que se nos den esas oportunidades. Por otro lado, nosotras debemos prepararnos en desarrollo emocional y humano, tener autoconocimiento para poner cada cosa en su lugar. Podemos tener habilidades parecidas a los hombres, pero también debemos tener claro cuáles son nuestras fortalezas y debilidades y, en función de ello, empoderarnos para tener éxito”.

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