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Cromados Rivera

Empleados de Cromados Rivera. Foto: PFM.

Hace 27 años, Guadalupe Rivera tomó una decisión que cambiaría su vida y la de su familia. Este empresario había montado un taller de mantenimiento para plantas de galvanoplastia, y uno de sus clientes le pidió guardar un pequeño equipo de cromado porque “no tenía dónde meterlo”. Ese cliente tardó más de dos meses en convencer a Rivera de que le comprara ese activo, a lo que este accedió con miras a ofrecer sus propios servicios.

“Fue una aventura. Me tardé dos años en arrancar. Vendí mi casa para poner a trabajar la planta y empezamos con una sola tina; pero gracias a Dios nos ha ido bien porque ya conocía el trabajo”, relata el empresario en entrevista con Products Finishing México.

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Rivera ingresó a la industria de acabados a los 20 años, cuando comenzó a trabajar en Galvanizadora de Occidente. Después estuvo en diversas empresas donde participó en proyectos para rectificaciones y en el cromado de cilindros, cigüeñales fijos y también como jefe de mantenimiento. Más adelante, montó un taller de mantenimiento para empresas galvanizadoras y, siete años después, compró la cromadora con la que inició el tratamiento de piezas.

Con mucho empeño y trabajo duro por parte de su fundador y de su familia nació Cromados Rivera, empresa ubicada a las afueras de la ciudad de Guadalajara y que, desde hace más de 26 años, ofrece servicios de recubrimiento de piezas metálicas para diversos clientes que confían plenamente en su experiencia y calidad.

empresario Guadalupe Rivera

El empresario Guadalupe Rivera. Foto: PFM.

“Gran parte del alma del señor Rivera está plasmada en su compañía”, señaló Andrés Rosiles, gerente de desarrollo de negocios de KraftPowercon, empresa que proveyó los rectificadores para la nueva operación. “Es una persona con un alma muy grande, con una historia de superación increíble, y eso vale para ganarse la admiración de cualquiera”.

Si bien la cromadora había mantenido un ritmo de trabajo constante, en 2020 sus perspectivas empezaron a cambiar. Un importante cliente del sector automotriz le solicitó a Rivera instalar una nueva línea automatizada para enviarle mayores volúmenes. “Por la cantidad de trabajo que tenemos, y que el cliente ha seguido desarrollado, insistieron en que montara una planta para crecer junto con ellos, porque también a ellos los rebasó la exigencia de trabajo”, refiere el empresario.

Las piezas que le pidieron tratar van dirigidas todas a exportación y, en su mayoría, se integran en los tractocamiones. “Vamos a tratar escapes de camiones, desde una pieza pequeña hasta una pipa o escape de 8 y 10 pulgadas por 3.5 de largo. Lo vamos a llevar a cabo todo en cromo. También vamos a meter las defensas para camión. Se espera un promedio de 200 a 500 defensas mensuales, aparte de las pipas”, dice Rivera.

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Rines tratados en Cromados Rivera. Foto: PFM.

Cuando visitamos la empresa notamos un gran sentido de urgencia en el equipo, pues Rivera había recibido una especie de ultimátum por parte de su cliente para concluir los preparativos y echar a andar la nueva línea lo antes posible. “Me dijeron que en 15 días debía estar trabajando, así que en la semana entramos a hacer pruebas”, dijo el empresario, quien agregó que él consideraba el periodo de pruebas como parte del trabajo. “No hacemos esto solo para empezar, puesto que ya contamos con la experiencia de lo que se debe hacer y en las pruebas solo tenemos que verificar que los parámetros funcionen”.

Mientras caminamos por el pasillo que corre al lado de la línea de acabado, la prisa de Rivera era evidente. “Prácticamente ya tenemos toda la línea trabajando. Tenemos todos los equipos programados y en algunos están terminado la programación. Ya llenamos los tanques… el de cromo, los níqueles, y de aquí al lunes debemos tener todas las soluciones preparadas. Esa es la maniobra que traemos”, comentó.

Un sueño hecho realidad

“Esta planta significa otro nivel de trabajo”, dice orgulloso Rivera, porque para él y su familia la nueva línea significa entrar de lleno al mundo de la automatización de procesos que antes debían hacer de forma manual.

Pero, más allá de usar tecnología de punta, para la familia Rivera el arranque de esta planta significa ver un sueño convertido en realidad. “Es un sueño y una gran satisfacción tener la oportunidad de avanzar a este nivel. Todavía no me cae el veinte al ver el tipo de planta y el tamaño porque, como la vi nacer desde un principio, no me parece que sea tan grande, pero mucha gente me ha comentado que es una de las plantas más completas”, señala el empresario.

Cromados Rivera

Izquierda: aspecto del área de procesos manuales de Cromados Rivera. Derecha: vista de la nueva línea automatizada. Fotos: PFM.

También la familia considera la nueva instalación como un sueño hecho realidad porque en ella se cristalizan años de esfuerzo, así como de ahorros e inversiones que Rivera tuvo a bien administrar para poder aprovechar una oportunidad como esta. El empresario comenta que invirtió en un negocio que fue adquirido por un grupo más grande, por lo que le pagaron sus acciones, y “en lugar de dejar el dinero en el banco, me puse a hacer la planta, y creo que fue muy acertado porque este en el banco ya hubiera tenido una pérdida como de 30%”, señala.

Pero antes de llegar al punto de echar a andar el proyecto, Rivera y su equipo trabajaron a marchas forzadas durante más de un año para poder reunir todas las piezas en un mismo lugar. “Llevamos un año con el montaje —dice el empresario—, pero gracias a Dios ya estamos a punto de arrancar”.

Uno de sus principales retos fue lograr la instalación eléctrica. “Tuvimos una batalla de ocho meses para poder contratar el servicio, que no quedaba por una cosa u otra. Ya teníamos la subestación y la desbaratamos. Volvimos a empezar y nos sugirieron otro tipo de transformador, con más calidad y capacidad. Cuestionaron la instalación y nos dijeron que debería estar muy bien hecha. Luego los ingenieros instalaron dos centros de carga para hacer la distribución a todos los equipos, pero nos revisaron minuciosamente cada equipo. El proceso ha sido detallado, pero ha servido porque gracias a eso tenemos todo bastante bien instalado”, afirma Rivera.

Con los parámetros bajo control

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Guadalupe Rivera y el ingeniero Daniel Cuevas. Foto: PFM.

Pasar de actividades manuales a procesos automatizados implica un salto enorme para Cromados Rivera. Su fundador lo sabe y, precisamente por eso, decidió invertir en la mejor tecnología a su alcance. La mayor parte del equipo que forma parte de la nueva línea fue importado desde España y el proyecto estuvo a cargo del ingeniero Luis Padilla, a quien este empresario le confió la construcción de la línea después de evaluar varias propuestas.

“Han traído material de primera. Todo el equipo es nuevo y de última generación, con sistemas automáticos y ahorradores de corriente. Cada equipo está regulado a la capacidad de trabajo que debe hacer e, incluso, está sobrado, pero hemos instalado todas las salidas de corriente con la capacidad necesaria para que no haya calentamiento ni pérdidas de corriente, y que estemos en los parámetros requeridos para cada pieza”, afirma Rivera.

En una ocasión este empresario le preguntó a Rosiles, de KraftPowercon, que qué pensaba de la nueva planta y si creía que tendría capacidad para competir, y este le dijo que ya estaba en las Grandes Ligas, “y aunque siempre lo estuvo, ahora creo que la gente va a voltear a ver a Cromados Rivera y van a ver que es un jugador a considerar. Me sorprende que, con toda la discreción del mundo y moviéndose con pasos firmes, de pronto aparezca un gigante más en escena del platinado en México, con una línea que está a la par de los grandes; muy bien hecha, muy bien construida y con una capacidad de procesamiento increíble”.

Otro aspecto donde se ha puesto un cuidado especial es en el diseño de los racks sobre los que se colocan las piezas para correr el proceso. “Conocemos un equipo de ingenieros que tienen una planta de fabricación de racks y los mandamos a hacer con ellos. Esos racks se diseñan con base en la capacidad del equipo que tenemos para que la corriente llegue a las piezas sin calentamiento y sin pérdidas”, dice Rivera.

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Piezas tratadas por Cromados Rivera. Foto: PFM. 

Para él, la principal ventaja de contar con una línea automática es que “desde la primera pieza hasta la última debe salir con la misma calidad. Tenemos un programa de mantenimiento para las tinas, siempre con los mismos niveles de concentración en los tanques, de tal manera que podamos entregar todas las piezas con la calidad requerida”. Otra gran ventaja que destaca es el uso de dosificadores y sensores que permitirán tener controlados parámetros como temperaturas, aditivos, tiempos, velocidades y más.

En el recorrido por la nueva línea con Rivera y el ingeniero Daniel Cuevas, de la empresa JCU (que provee los químicos a esta empresa), explica que se puso mucho cuidado en el diseño de los baños. “Como todo en la vida, todo inicia con un buen baño”, dice entre risas, y luego detalla que cuentan con un excelente equipo de filtración y desengrase electrolítico para asegurar la limpieza de las piezas y evitar fallas posteriores. “Cada pieza tiene que salir perfectamente limpia, o tendremos problemas de calidad”, dice Cuevas.

El ingeniero explica también que las exigencias de la industria automotriz están entre las más altas y que, en el caso de las piezas que trata Rivera, se requieren cinco ciclos de cámara CASS (prueba de niebla salina acelerada de cobre). “En esta línea vamos a superar esa calidad porque aquí todo está tecnificado y estandarizado. Si antes lo lograban en los procesos manuales, ahora con más razón”, afirma.

Potencial para expandirse

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Al final de la visita, tanto el ingeniero Cuevas como Rivera comentaron que durante el diseño de la nueva línea se previó dejar espacios libres para mantenimiento, pero también para poder crecer. “Aquí podemos meter más tinas, porque tener más tinas de brillante y semibrillante es lo ideal para crecer”, señaló Cuevas, a lo que Rivera dijo bromeando que ya le gustaría ver ese crecimiento. “En un año te va a faltar capacidad —respondió Cuevas—. En un año vas tener que abrir otra línea aquí”, dijo señalando un espacio disponible dentro de la planta.

Si bien Rivera invirtió sus ahorros para poder dar servicio al cliente automotriz que le propuso ampliar su producción, este empresario ha recibido propuestas de otros clientes potenciales que quieren aprovechar la capacidad que ofrece su nueva planta. “Tengo propuestas de otros clientes que van a participar con nosotros. Solo esperan que abramos un espacio para que les desarrollemos el trabajo”. Este empresario está convencido de que hay mucha oportunidad en el mercado industrial y que la experiencia y conocimiento de su equipo son el mejor respaldo para ganar nuevos proyectos. 

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