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GDO

Bernardo Roque, José de Jesús García Pulido, Marcelo Álvarez y Arnaud Bozonnet en la planta de GDO. Foto: PFM.

Hay empresas que parecen haber nacido para crecer y Galvanizadora de Occidente es una de ellas. GDO, como se le conoce en el mundo de los acabados, fue fundada hace 57 años por el empresario tapatío Manuel Álvarez Bermejillo. El entonces joven ingeniero de 24 años inició una compañía que, con el paso de los años, se volvería un referente en el ámbito de los acabados de superficies a escala nacional.

El crecimiento de las personas que lo rodeaban era una de las prioridades del fundador de GDO y, gracias a esa filosofía, la empresa fungió como escuela para muchos profesionales que aprendieron las bases de los acabados dentro de sus instalaciones, e incluso hay historias de éxito de exempleados que montaron emprendimientos propios luego de trabajar para esta firma.

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“Mi padre siempre tuvo un genuino interés por el desarrollo de todas las personas, tanto proveedores como colaboradores. Incluso si ya no estaban dentro de la empresa, él buscaba que se desarrollaran. Eso formó una especie de familia extendida que ahora nos encontramos en los eventos de la industria”, comenta en entrevista para Products Finishing México Marcelo Álvarez, hijo del fundador de GDO y actual presidente del Grupo.

pieza GDO

Muestra de una pieza tratada en GDO. Foto: PFM.

Además de ser pionera del segmento de acabados superficiales en el país y semillero de talentos para la industria, esta compañía sirvió como incubadora para otras empresas que hoy conforman el Grupo. Una de esas compañías es IDDEA, con sus marcas Big Country-Go Rhino, dedicada a fabricar y comercializar partes y accesorios para vehículos todoterreno y pick ups; otra es Tracto, enfocada en fabricar y comercializar partes y accesorios para tractocamiones. Y la última es Prosil, que atiende el mercado de refacciones automotrices mediante la distribución y comercialización de sistemas de escape, mofles, convertidores catalíticos, entre otros. En conjunto, las empresas del Grupo GDO dan empleo directo a más de 1,200 personas.

Las operaciones de las otras empresas del Grupo son independientes, y atienden su mercado con una lógica propia de negocios. “La prestación de servicios entre compañías se hace de forma profesional y está sujeta a las reglas de competencia. Esto obliga a GDO a ser la mejor opción, pero también permite lograr sinergias e identificar de forma interna puntos de mejora”, afirma Álvarez.

Cambia la industria, cambia el enfoque

inspección

Zona de inspección de GDO. Foto: PFM.

Históricamente, esta compañía se enfocaba en servicios de recubrimientos para diversas industrias, principalmente empresas de servicio de manufactura electrónica (EMS, por sus siglas en inglés), línea blanca, automotriz, productos industriales y de consumo, que representaban la mayor parte de su producción. No obstante, el escenario global de la manufactura empezó a cambiar de forma acelerada y GDO vio la necesidad de implementar cambios en su manera de hacer negocios.

“Hace unos diez años comenzó una fuerte expansión de empresas del mercado automotriz que llegaron y crecieron en toda la región. De manera natural hemos crecido cada vez más en esta industria, y conforme han llegado más empresas se ha consolidado nuestra presencia y enfoque en el mercado. Sin embargo, seguimos considerando muy importante diversificación en los mercados que históricamente hemos atendido”, refiere Álvarez.

Este empresario considera que no deben perder de vista las oportunidades que ofrecen esos mercados, pues “aunque la automotriz tiende a ser más localizada, vemos que hay otros muchos proyectos que se relocalizan en este momento”. Arnaud Bozonnet, actual director de GDO, coincide con ese diagnóstico y señala: “Hay proyectos que posiblemente no tenía sentido traerlos de China hace cinco o diez años, pero ahora se ve con claridad la tendencia de regresar a nuestro continente para ciertos productos, y no solo en el automotriz sino en otros sectores, porque se abrió más el espectro”.

El giro hacia automotriz representó un hito para GDO en varios sentidos porque, si bien la empresa era conocida por sus buenos estándares de calidad y servicio, el crecimiento de este sector elevó la exigencia en términos de calidad y los llevó a implementar nuevos sistemas para garantizarla. “Antes de migrar a la industria automotriz, teníamos un enfoque en el conocimiento técnico y la calidad, pero con un contexto local o regional, y comenzamos una evolución manteniendo estas estas características, pero para llevarlas a un contexto global, con prácticas de clase mundial”, dice Álvarez.

Arnaud Bozonnet recuerda que una década atrás “Marcelo tuvo la visión de implementar las certificaciones necesarias para tener acceso a nuevos mercados y pasar de ISO TS a IATF cuando salió y a la ISO 14000 ambiental, porque nuestro giro también atiende grupos grandes, europeos y americanos, y es un plus cuando una compañía mexicana tiene estas certificaciones”.

Durante esta expansión hacia la industria automotriz, el principal reto que enfrentó GDO fue cambiar la percepción que los colaboradores tenían respecto de su propio trabajo. “El reto más grande fue cambiar la manera de pensar y actuar de los compañeros ―comenta Bozonnet―, ya que trabajar en la industria automotriz requiere más disciplina y el uso de otras herramientas como los KPI y los core tools, que el equipo no conocía o no utilizaba. Esto requirió mucha capacitación y cambio de enfoque. El reto fue mantener una organización esbelta o lean alineada a las necesidades del mercado automotriz”.

Un equipo de alto desempeño

En la actualidad, el equipo de GDO está conformado por más de 350 personas que trabajan en tres Business Units, y un departamento para la introducción de proyectos. Este último atiende tanto los proyectos de acabados metálicos como la inyección y los de cromado sobre plástico (POP, en inglés), y maneja todos los proyectos según la norma APQP de introducción de proyectos automotrices. “Lo hacemos de la misma manera, sean o no automotrices, para garantizar su éxito”, explica Bozonnet.

Piezas cromadas

Piezas cromadas por GDO. Foto: Cortesía de la empresa.

El directivo detalla que cada BU (o cadena de valor) tiene acabados diferentes. La primera se dedica a los cromos sobre acero, brillante o negro. “Hemos desarrollado el acabado de cromo negro como un diferenciador en nuestra oferta como aplicadores de recubrimientos y a través del Grupo a nivel de usuario final identificando tendencias del mercado”, afirma el directivo.

La segunda cadena de valor se dedica a los galvanizados funcionales de cromo, zinc-níquel, zinc-fierro y anodizado automotriz, que se organizan en dos áreas. “En metales nos destacamos en anodizado y cromo automotriz, y satisfacemos los elevados requerimientos de las Tier 1”, añade Bozonnet. La tercera cadena de valor se enfoca en el POP y cuenta con fuertes capacidades de diseño, desarrollo de herramentales, y manufactura en inyección y cromado sobre plástico.

Para Bozonnet está muy claro que GDO atiende “dos mercados muy diferentes” y explica que la firma ha sido líder durante décadas en los acabados sobre metal, “porque hemos podido transformarnos, institucionalizar, sistematizar la producción, la calidad… Pero en el plástico enfrentamos una competencia diferente. Nuestros competidores están conformados por empresas extranjeras con presencia internacional y ahí nos diferenciamos con nuestros valores: una muy buena relación con el cliente y mucha cercanía”.

De acuerdo con él, la flexibilidad y el tamaño de GDO le han permitido ubicarse como un proveedor competitivo para piezas decorativas complejas de interiores. Esto también ha sido posible gracias a su know-how y a la integración del proceso de inyección dentro de la misma planta, adición que lograron hace cuatro años y que continúan desarrollando.

“Hemos desarrollado 14 moldes solo para Mercedes-Benz, para vehículos premium. Esto demuestra la confianza de los clientes en nuestro desarrollo de productos de alta gama y mucha exigencia técnica”, anota.

El último proyecto importante de cromado sobre plástico que GDO obtuvo fue para Volkswagen y consiste en cromar las palancas de velocidad para los modelos Tiguan, Jetta, y Touareg. El proyecto abarcaba diferentes versiones de palanca para muchas plataformas.

“Logramos convencer a este nuevo socio comercial de que éramos una solución viable para este tamaño de negocio, gracias a la cercanía y a la colaboración técnica que mostramos con el cliente —comenta Bozonnet—. Este proyecto ha sido uno de los más retadores en el ámbito técnico porque implicó desarrollar racks y procesos especiales para las palancas de velocidad, que tienen un esqueleto en poliamida (en lugar de un policarbonato como materia ‘inerte’), y una geometría muy compleja. Tuvimos que desarrollar cambios de diseño en el sobremoldeo y, gracias la colaboración con el cliente, pudimos llevar a producción en masa esta familia de productos con éxito, y ver nuestras piezas en los nuevos modelos de Volkswagen”.

palancas de velocidad

Detalles de las palancas de velocidad que GDO hizo para Volkswagen.

Recientemente, la selección de la empresa para desarrollar nuevos proyectos para Tesla, como su nuevo modelo M3, con el fin de producir las partes cromadas del tablero y sus puertas, confirma la integración de GDO en la nueva configuración de las cadenas de suministro con los nuevos jugadores de la industria de autos eléctricos, que “han dado tanto de qué hablar recientemente y que, sin duda, seguirán rompiendo esquemas y redefiniendo el futuro en la industria”.

Integración de capacidades nuevas y existentes

Desde hace años GDO comenzó a fabricar, diseñar y desarrollar sistemas de racks para colgar las piezas que serán tratadas en sus líneas de acabado. Esa capacidad de diseñar y fabricar sus propios herramentales la ha llevado a buscar soluciones propias para ser más eficiente, razón por la cual la empresa ha incursionado también en el diseño y fabricación de líneas de acabados totalmente automatizadas, con uso de tecnología de primer nivel.

De acuerdo con Álvarez, esta es una de las fortalezas que aún pueden desarrollar, pues la compañía tiene “esa capacidad de hacer todo el diseño, el desarrollo y la fabricación, tanto de las líneas de producción como de los herramentales. Podemos brindar una solución completa”.

línea de acabado

Una de las líneas de GDO. Foto: Cortesía de la empresa.

Recientemente, GDO comenzó a compartir este expertise, pues a decir de Álvarez, su empresa ha concretado varios proyectos: “Hemos desarrollado líneas para nosotros y en instalaciones de terceros, aparte de lo que tenemos aquí, y lo hacemos porque tiene sentido para el cliente”. En estos casos, GDO ofrece la opción de operar la nueva línea, o de que la empresa lo haga de forma independiente. “Lo hacemos así porque tiene sentido por el volumen y el flujo de producción de esas empresas”.

El empresario explica que también han seguido este esquema con las empresas del mismo Grupo, poniendo siempre el profesionalismo en primer lugar. “Aunque sean empresas hermanas o proyectos para clientes externos, la propuesta técnica y comercial debe tener sentido para ellos frente a nuestros competidores”.

Álvarez añade que las nuevas empresas derivadas de GDO buscan ofrecer servicios que brinden una solución específica según la necesidad de cada cliente, con el diseño y armado de líneas para acabados, herramentales, mantenimiento y, en su caso, la supervisión u operación de estas. “La visión y el diagnóstico de Marcelo es que estas son competencias necesarias para la buena conducta del negocio en un entorno cada vez más dinámico. Son inversiones fuertes para estrategias de largo plazo por parte de nuestros socios comerciales. Ampliamos el espectro de nuestro concepto de ‘cliente’ hacia donde creemos que podemos ofrecer y generar valor. Tenemos una oferta competitiva al ser local y técnicamente robusta, derivada de nuestra experiencia en el sector”, comenta Bozonnet.

Una tradición que se reinventa

A la pregunta de cuáles son las constantes que ha mantenido GDO luego de tantos años de presencia en el mercado de acabados, Álvarez responde que “hay una serie de valores que heredamos por haber nacido como una empresa familiar, y eso nos distingue, pero aspiramos siempre, sobre todo, a ser una empresa profesional con un equipo de alto desempeño, porque esa esa la condición para crecer en esta industria”.

El empresario considera que la ética de trabajo que él y su equipo heredaron de su padre son el gran valor intangible de GDO. “Nos enseñó mucho a todos, no solo a los que seguimos aquí, sino también a la familia extendida del medio, que incluye proveedores, clientes y los colaboradores que están aquí e, incluso, los que ya no están”.

Álvarez entiende también que la industria mexicana experimenta cambios importantes y que se está abriendo un sinfín de oportunidades para las empresas locales, gracias a la presencia de jugadores globales en el territorio nacional. “Comparo la llegada de las empresas extranjeras hoy a México con las Olimpiadas, porque vienen los mejores de cada país, no los peores. Vienen los mejores españoles, los mejores franceses, los mejores japoneses, y competimos en esas ligas. Entonces, este contexto exige que seamos una empresa de clase mundial y demanda que trabajemos como equipo”.

A la pregunta de cómo le gustaría ver a GDO en el mediano plazo, este empresario responde que desearía ver “una empresa con la capacidad de adaptarse a las circunstancias cambiantes del mercado. Eso es lo que nos va a conducir al mediano y largo plazo, siempre recordando que los cambios impactan a todos, hasta a las empresas más consolidadas. Veo que GDO debe ser un proveedor integral y confiable, ser eficiente y productivo, brindar más calidad y atención, y buscar soluciones que realmente le den valor al cliente”.

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