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Ford anunció recientemente que planea duplicar su inversión en vehículos eléctricos y autónomos. De acuerdo con el portal Hyperbeast, esta compañía había comprometido $11.5 mil millones de dólares en su línea de vehículos eléctricos hasta 2022, pero ahora ha extendido ese cronograma a 2025 y ha aumentado la inversión a $29 mil millones de dólares.

De esta forma, se espera que Ford gaste $22 mil millones de dólares en vehículos eléctricos y, más adelante, $7 mil millones de dólares en coches autónomos. En este contexto, la empresa ha señalado que la mayoría de sus vehículos incluirá modelos híbridos e híbridos enchufables que tienen “motores de combustión tradicionales”. El año pasado, Ford lanzó su camioneta Transit, totalmente eléctrica, y recientemente dio a conocer la versión eléctrica para su camioneta F-150.

Jim Farley, CEO de Ford, explicó que este repentino aumento de la inversión forma parte de “un plan agresivo para posicionar al fabricante de automóviles más antiguo del país como líder en el futuro de la movilidad y el transporte”. Farley también dejó entrever que la nueva línea de automoción será compatible con Google, integrando su software Android en “millones de vehículos para 2023”, en un esfuerzo por llevar a la empresa a un terreno más digital.

Con este anuncio, Ford estaría asegurando a sus inversionistas que puede seguir el ritmo de los gigantes de autos eléctricos como Tesla y otros fabricantes tradicionales como Volkswagen y GM.

Hay que recordar que diversas empresas automotrices tradicionales han venido incursionando en el negocio de los vehículos eléctricos, incluida Daimler AG, la empresa matriz de Mercedes-Benz, que planea producir versiones eléctricas de todos sus automóviles para 2022. Volvo, como parte de Volkswagen Group, ya había comenzado a eliminar los autos que funcionan solo con gasolina en 2019. Al igual que Ford, GM está buscando gastar $27 mil millones de dólares en sus vehículos eléctricos y autónomos hasta 2025.

Autos eléctricos y recubrimientos funcionales

Los autos eléctricos y autónomos presentan una serie de retos tecnológicos, algunos de los cuales se libran en el ámbito de los acabados. Como señalaba en 2019 el periodista Jesse Crosse, del portal Autocar, un buen ejemplo de la innovación que está detrás de estos nuevos autos “es la ciencia inteligente que investiga los revestimientos funcionales que se utilizan para hacer que las baterías sean más pequeñas, más seguras y sostenibles, ayudar a los sensores lidar a detectar automóviles oscuros con poca visibilidad (lo que les cuesta hacer) y permitir que los sensores funcionen mejor en climas húmedos y sucios”.

Crosse reflexionaba acerca de las predicciones de PPG Industries en cuanto a los nuevos usos de los recubrimientos funcionales, algunos de los cuales están destinados a mejorar las celdas de las baterías de iones de litio, que tienen como componente crucial ciertos aglutinantes químicos que se usan en la fabricación de los electrodos.

Por lo general, el aglutinante usado para los cátodos de baterías de iones de litio contiene un disolvente tóxico llamado N-metil 2-pirrolidona, el cual se ha venido eliminando gradualmente de acuerdo con las regulaciones europeas. Para enfrentar este reto, PPG desarrolló un sustituto no tóxico sostenible que, según Crosse, tiene bastante sentido comercial “ya que el área que necesita recubrimiento en una batería es 10 veces el área pintada de la carrocería de un automóvil”.

Ese último dato nos deja varias interrogantes: ¿Cómo serán los recubrimientos funcionales del futuro en el mercado de autos eléctricos y autónomos? ¿Estamos listos para enfrentar los desafíos que traerán los nuevos recubrimientos funcionales?

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