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AkzoNobel, en colaboración con el Chemical Building Blocks Consortium del Centro de Investigación Avanzada de Holanda (ARC CBBC) está realizando una investigación que se propone desarrollar una forma más sostenible de fabricar resinas.

De acuerdo con un comunicado de la empresa, este proyecto “podría allanar el camino para la introducción de funciones futuristas, como la pintura inteligente que utiliza la liberación controlada de ingredientes activos, o la capacidad de agregar nuevas funciones durante la vida útil de un revestimiento”.

Este nuevo proceso se vale de monómeros de base biológica para fabricar las resinas, en lugar de los tradicionales a base de aceite. El nuevo proceso demanda solamente luz ultravioleta, oxígeno y materias primas renovables, por lo que ya se han presentado solicitudes de patente para resinas y recubrimientos hechos con monómeros provenientes de derivados de azúcar aislados de biomasa.

“Estamos a punto de avanzar al siguiente nivel de tecnología de recubrimientos, gracias a este fantástico ejemplo de innovación colaborativa en acción”, dijo Klaas Kruithof, director de tecnología de AkzoNobel. “Abrimos un nuevo futuro para las pinturas y recubrimientos mediante el uso de bloques de construcción sostenibles que nos permitirán explorar y desarrollar algunas funcionalidades realmente interesantes para nuestros clientes”.

Para este proceso, la biomasa se rompe utilizando ácido para producir el derivado del azúcar (furfural). El uso de luz y oxígeno y la adición de diferentes alcoholes producen monómeros que se pueden polimerizar en recubrimientos con ayuda de la luz ultravioleta.

Dr. Ben Feringa, del ARC CBBC.

Cabe resaltar que AkzoNobel ya produce muchas de sus propias resinas, pero en un intento por hacer que el proceso sea más sostenible, la compañía comenzó a trabajar con ARC CBBC. La mayor parte de la investigación se ha realizado en la Universidad de Groningen, con un equipo dirigido por el profesor en química orgánica y premio Nobel, Ben Feringa, con apoyo de George Hermens, estudiante de doctorado.

“Frente al desafío de desarrollar la química sostenible del futuro (que es uno de los principales objetivos del ARC CBBC), estoy muy satisfecho con estos resultados revolucionarios [pues] demuestran que se puede producir un material para recubrimientos a partir de biomasa mediante un proceso químico sostenible”, añadió Feringa.

Iniciado en 2018, el proyecto de investigación se encuentra todavía en una etapa relativamente temprana y queda mucho trabajo por delante para optimizar los monómeros para que puedan fabricarse de una manera más eficiente y a mayor escala. Se estima que podrían pasar al menos cinco años antes de que comiencen a surgir los primeros productos.

“Aún nos queda un largo camino por recorrer en términos de explorar el alcance de la tecnología, pero es casi seguro que definirá el futuro de nuestros productos. Para 2040 o 2050, también existe una buena posibilidad de que solo estemos usando monómeros de base biológica en nuestra producción de resina, lo que nos ayudará a reducir la huella de carbono general de nuestros productos”, apuntó Kruithof.

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