Una plática con… David Melo, líder de cromo en Estañadora

David Melo lleva solo cinco años en la industria de acabados, pero a sus 29 años ya ha ocupado varios puestos e implementado líneas automáticas en la empresa Estañadora, lo que lo condujo a estar en “40 Under 40”, de Products Finishing, el listado que reconoce a las jóvenes promesas de esta industria. “Fue algo muy sorprendente, es un reconocimiento al trabajo que he hecho. Es un extra a las felicitaciones de Francisco [Hornelas, su jefe] y siempre ayuda tener una motivación”, comenta. Products Finishing México tuvo una conversación con él y esto es algo de lo que nos dijo.

PFM: ¿Cómo llegaste a la industria de acabados?

DM: Estudié Ingeniería Química en el Politécnico y las prácticas de laboratorio que hacía la maestra de electroquímica eran muy interesantes. Cuando empecé a buscar dónde hacer mis prácticas profesionales, vi que necesitaban practicantes para la industria de galvanoplastia y entré aquí, a Estañadora. Empecé por realizar en el laboratorio las volumetrías para las concentraciones de los baños y llevar el control para que funcionaran correctamente. Observaba cómo salía el material con ciertas condiciones y cómo salía de otra forma cuando esas condiciones variaban.

Comencé a involucrarme más en los procesos, a analizar, implementar y hacer mejoras. Eran pequeños detalles, pero sabía que iban a funcionar al tener un proceso más estable. Después me ofrecieron manejar una línea de producción de alrededor de 15,000 o 20,000 piezas. Con la gente involucrada, esa línea logró producir hasta 140 mil piezas a la semana.

PFM: ¿Cuál fue tu primer trabajo y qué aprendiste de él?

DM: Mi primer trabajo fue en la preparatoria, en una cadena de comida japonesa. Aprendí a valorar lo que es ganar dinero. En ese trabajo llegué a lavar trastes, pero siempre con ganas de superarme y no quedarme quieto; llegué a controlar toda la tienda.

PFM: ¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?

DM: Un día tenía problemas en la línea y no encontraba la solución; entonces, el ingeniero Francisco Hornelas Orozco me dijo: “La ley de los extremos”, y yo no sabía qué era. Me explicó: “Tienes un parámetro. Siempre intenta irte al más alto y al más bajo. Intenta tener un baño concentrado y un baño a menor concentración y vas a encontrar un balance en donde las cosas van a funcionar”. Y ese consejo también aplica en la vida para ver más allá de lo evidente y analizar diferentes escenarios con situaciones contrastantes.

PFM: ¿Qué rasgos de liderazgo crees que te han ayudado en tu carrera?

DM: Desde chico fui muy necio; creces, y con la experiencia esa necedad se convierte en persistencia. Ya no es necedad sin conocimiento, sino que te vuelves persistente con información, escuchando las ideas de los demás, e investigando. Te vuelves una esponja de ideas, haces que las cosas sucedan y transmites el conocimiento. Hay que explicar las cosas de la forma como te hubiera gustado que te explicaran, con ideas claras para la gente. Eso es parte fundamental de ser un buen líder.

PFM: Si pudieras cambiar trabajos con alguien, ¿con quién sería?

DM: Me llama mucho la atención estar en una estación espacial internacional. Me imagino que deben tener mil y una cosas que hacer. De la industria aeroespacial me interesan todos lo recubrimientos que llegan a utilizar. Creo que sería muy interesante verlo.

PFM: ¿Dónde te encontraríamos cualquier sábado?

DM: Arriba de mi bicicleta en una montaña o yendo a otro lugar junto con mi novia Salma, mi hermano Luis y mis amigos. Es una afición que me apasiona. Dedico mis fines de semana a conocer nuevas rutas.

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Conozca más sobre David

Libro favorito: Si lo crees, lo creas, de Brian Tracy.

Película favorita: Gladiador.

La música que escucha: puedo pasar de escuchar rock a boleros, hip-hop, electrónica, salsa. Todo depende del día.

Familia: mi mamá, mi hermano, mi novia de muchos años y mis amigos que considero parte de mi familia.