El equipo directivo de EJOT-ATF y algunos integrantes de MacDermid Enthone en la planta de San Luis Potosí.
Los tornillos ya no son lo que eran. En la actualidad, estos modestos dispositivos que permiten el armado de autos, aviones y toda clase de aparatos domésticos e industriales, cuentan con un respaldo tecnológico difícil de imaginar para quienes no sabemos cómo se producen.
Ese era mi caso, pero mi noción de lo que es un tornillo cambió por completo durante la visita a la planta de EJOT-ATF, localizada en San Luis Potosí, donde a diario se producen cuatro millones de tornillos y sujetadores con una gran variedad de diseños, tamaños y especificaciones para proveer, principalmente, a clientes Tier 1 y 2 de la industria automotriz (90% de la producción de la compañía se destina a ellos), y de otros segmentos como electrónica, electrodomésticos, agricultura y energía.
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Puedo imaginar un tiempo en el que los fabricantes se adaptaban a los tornillos existentes en el mercado, pero la tendencia actual va en sentido opuesto, ya que el avance tecnológico permite diseñar y crear desde cero los tornillos que requiere la industria, y elegir la geometría de la pieza, su dureza, material, acabado y demás características que puedan mejorar su desempeño.
Eso lo sabe muy bien EJOT-ATF, una empresa conjunta formada con capital proveniente de Estados Unidos y de Alemania, que en 2007 instaló su planta en la región de El Bajío con el propósito de estar cerca de sus principales clientes. Su equipo, formado por más de 220 personas, está liderado por Paulo Teixeira, un afable ingeniero de origen brasileño que ha vivido en México durante los últimos 15 años.
Esta firma es subsidiaria del grupo EJOT Holding GmbH & Co. KG y de ATF Inc. La primera es una compañía alemana fundada por Adolf Böhl en 1922, que en la actualidad tiene presencia en 32 países de Europa, Asia y Norteamérica. La segunda es una empresa estadounidense fundada en 1946 con presencia en Norteamérica.
La planta de San Luis Potosí consta de más 10 mil metros cuadrados y, tras una serie de mejoras y ampliaciones, se encuentra lista para asumir el control total de su producción de tornillos con la puesta en marcha de una línea de recubrimientos de zinc-níquel alcalino totalmente automática, explica Teixeira en entrevista para Products Finishing México.
El objetivo principal de este directivo es conseguir que la planta cuente con procesos para realizar manufactura de clase mundial, por lo que en los últimos años ha buscado equiparla, mejorar y completar sus procesos, así como capacitar a todos los colaboradores para hacer frente a las exigencias del mercado. “Si queremos crecer debemos hacer las cosas de manera diferente, por eso implementamos cambios e innovaciones con la nueva línea de galvanizado, la venta por aplicación, el laboratorio Applitec, un proyecto de tornillos con acero inoxidable y el desarrollo de segundas operaciones”, adelanta Teixeira.
Un producto para cada aplicación
Los más de 400 números de parte que maneja EJOT-ATF se dividen en tres grandes segmentos, explica Yonatan Luengas, gerente de ventas de la compañía. Por un lado, están los destinados a las aplicaciones de fijación en plástico y, por otro, los que sirven para la fijación en metales. “La particularidad que tenemos, y que nos distingue frente a los competidores, es que nuestros productos son autorroscables”, comenta. Que los productos tengan esta propiedad significa que no se requiere una formación de rosca previa para usarlos, “lo que representa un beneficio importante para nuestros clientes, porque les permite eficientar procesos en sus operaciones”.
Asimismo, la empresa tiene un segmento de “soluciones especiales” que consiste en manufacturar tornillos con geometrías poco comunes o particulares. Para hacerlo, EJOT-ATF cuenta con máquinas especiales a las que denomina multiestaciones, “que también nos diferencian enormemente dentro de la industria. Con ellas podemos formar geometrías más complejas y obtener otro tipo de aplicaciones que englobamos en ‘soluciones especiales’”, explica el director de operaciones, Jesús Vásquez.
Los rangos de manufactura que tiene la empresa van de M2.5 a M10 y el largo de los tornillos puede ser hasta de 75 milímetros. “Trabajamos en proyectos para incrementar estas capacidades, lo que permitirá dar más soporte a nuestros clientes. Además, reducimos el diámetro del tornillo a 2.5 milímetros, ya que vemos un potencial muy grande en ese segmento de mercado”, apunta el líder de ventas.
Otro desarrollo en el que trabajan son los tornillos de acero inoxidable, pues en la actualidad, “todos nuestros tornillos son de acero al carbón; sin embargo, vemos en la industria la necesidad de aplicaciones que requieren el acero inoxidable y detectamos un gran potencial ahí”, subraya el ejecutivo.
“Hacemos más que tornillos”
Aunque en la industria nacional existe una variedad de proveedores de tornillos, el equipo de EJOT-ATF está seguro de contar con ventajas que le permiten ofrecer un servicio excepcional. A sus capacidades de forja en frío (cold forming), rolado, lavado, punteado, tratamiento térmico y acabados, la firma suma un conjunto de capacidades que la convierten en una opción muy atractiva para clientes que demandan tornillos con garantía de calidad.
Una de ellas son sus máquinas de medición y selección óptica, que inspeccionan, en cuestión de segundos, las dimensiones de cada tornillo en 360 grados con ayuda de cámaras. Después, esas mismas máquinas separan las piezas que no cumplen el estándar requerido y envían a la caja de empaque las que sí pasaron el control de calidad.
Al interior de la empresa este proceso se conoce como “sorteo”, término adaptado del inglés sorting que significa “separación” y “organización”. Las máquinas “sorteadoras” tienen un dispensador que alimenta desde arriba los tornillos y los hace caer dentro de una ranura para que bajen a la caseta de inspección donde las cámaras verifican, pieza por pieza, que tengan las dimensiones correctas, y se aseguran también de que no se mezclen entre sí piezas con características diferentes.
Para una empresa que produce más de mil millones de tornillos al año, las máquinas “sorteadoras” son una ventaja incomparable, pues las empresas que no tienen una tecnología similar se ven obligadas a revisar sus piezas de manera aleatoria, lo que abre la posibilidad de enviar al cliente tornillos sin la especificación requerida. “Es común que nuestros clientes hagan lo que llaman skip lot, es decir, cuando llegan nuestros productos a su proceso ya no los inspeccionan, sino que entran directamente al proceso”, comenta el encargado de los procesos de calidad, José Luis Flores.
Otro recurso valioso para esta planta tornillera es su laboratorio de aplicaciones, conocido como Applitec Center, donde se realizan los diseños a la medida y se trabaja de la mano con los clientes para desarrollar el tornillo o sujetador que buscan. “Tal vez algún cliente puede vernos solo como manufactureros de tornillos, pero vamos mucho más allá. Podemos desarrollar, desde un inicio, una aplicación específica en los departamentos de ingeniería y diseño de los clientes, y darles ese valor agregado, lo que es mucho más amplio que solo fabricar tornillos”, enfatiza Luengas.
El Applitec Center tiene relación directa con la estrategia de ventas de la firma, pues si bien EJOT-ATF atiende a clientes que quieren manufacturar piezas prediseñadas, “nuestra estrategia de venta no solo es que el cliente nos diga ‘cotícenme estas piezas’ —señala Dionicio Osuna, director administrativo de la compañía—. Para nosotros lo principal es que antes de que el cliente tenga especificado un tornillo, podamos ayudarles a sus ingenieros a desarrollar la aplicación misma. Esto nos diferencia de otros proveedores locales e incluso, somos los líderes en la estrategia de venta por aplicación”, añade.
Estos desarrollos permiten cubrir mejor las necesidades del cliente con costos competitivos, pues en cada proyecto se evalúa la función que cumplirá la pieza, se diseña y se eligen aspectos clave como tamaño, material y geometría de cada producto. “Tal vez el cliente cree que necesita cuatro tornillos o siete, pero resulta que con dos basta para lograr lo que busca. Nosotros le ayudamos a tener una solución económica, con un costo lo más bajo posible, pero sin perder funcionalidad”, afirma Osuna.
Otra gran ventaja de EJOT-ATF es el soporte tecnológico que tiene por formar parte del grupo EJOT y ATF, lo que le permite beneficiarse de tecnología y soporte técnico proveniente de Alemania y de Estados Unidos. “En EJOT hay mucho desarrollo de investigación y patentes, y en el grupo constantemente están innovando con nuevos productos, por ello, obtenemos mucho soporte en esos rubros y en temas de manufactura; ATF, por su parte, es experto en operaciones especiales y secundarias”, dice Luengas.
Por si fuera poco, la empresa se encuentra certificada en el Sistema IATF 16949, que aborda los aspectos relacionados con el aseguramiento de la calidad y cuenta también con la certificación ISO 14001 relativa a la gestión medioambiental.
Galvanizado para tener control de la producción
Paulo Teixeira es un apasionado de la excelencia y se le nota cuando comenta lo que él y su equipo deben hacer para mejorar su trabajo. “Buscamos hacer manufactura de clase mundial y para eso necesitamos un sistema de mejora continua”, dice. Como parte de ese plan de mejora, la empresa decidió desarrollar internamente dos procesos que antes tercerizaba: el tratamiento térmico y el recubrimiento con zinc-níquel alcalino y zinc-níquel ácido (este último aún por desarrollar).
“Uno de los problemas que teníamos era la capacidad de los proveedores externos de platinado. Los demás problemas los íbamos resolviendo, pero este es un proceso clave que quedó al último por su complejidad, y finalmente ya tenemos el proceso que nos faltaba para el control total de la producción”, apunta Teixeira.
El directivo relata que desde años atrás tenía entre sus apuntes la necesidad de contar con una línea de galvanizado, por lo que consultó con unos amigos de General Motors sobre qué empresa podría ayudarle a obtenerla y ellos le recomendaron acercarse a MacDermid Enthone. Posteriormente, Teixeira contactó a Luis Hurtado, director de cuentas estratégicas de esta última firma, y lo invitó a la fiesta de Navidad de la compañía en 2018. Así comenzó la planeación de la nueva línea de galvanizado.
Hurtado recuerda que para esta línea “trabajamos muy de cerca con Paulo —y agrega—: vinieron nuestros expertos de Estados Unidos, se sentaron con el fabricante del equipo y discutimos desde cero, en un papel, qué número de tinas se requerían, qué se iba a procesar en cada una, qué equipo se necesitaba, qué variables de rectificado tendría, qué capacidades exigía, dónde iban a estar los filtros, etcétera. Así, esta línea se diseñó con la mejor tecnología y de forma exclusiva para que EJOT-ATF pudiera cumplir las especificaciones de sus clientes. MacDermid diseñó con ellos el proceso y ahora provee los químicos”.
La línea de galvanizado resultante cuenta con 34 tinas y se puede extender hasta 38, explica Josimar Galicia, joven ingeniero a cargo hoy del proceso que se encuentra en una instalación totalmente nueva. Esta línea incluye tanques de desengrase, activado, 10 tinas de zinc-níquel, y es capaz de manejar dos tipos de pasivado: claro y negro. Dado que su funcionamiento es automático, la línea se controla mediante un software que registra cada parámetro del proceso, lo que facilita su análisis y la implementación de mejoras en caso de necesidad.
Un aspecto más que hace única esta línea es que la aplicación de la capa final, o topcoat, está automatizada también. En las líneas tradicionales offline, esto se maneja proceso por proceso, pero en EJOT-ATF la capa final se aplica saliendo del galvanizado, sin que se toquen las piezas.
El nuevo proceso de galvanizado se complementa con una tecnología innovadora de manejo del agua que reduce a cero los desechos contaminantes que suelen ir al drenaje. “Tenemos un sistema de agua cerrado en el que toda el agua se recicla y se reúsa, por lo que no tiramos aguas residuales al drenaje”, explica Teixeira. “Hemos buscado simplificar los procesos, pero para eso necesitamos buenos proveedores. Para tener procesos internos robustos necesitamos buenos proveedores”, afirma el director de planta al hablar de la mancuerna que hicieron con MacDermid Enthone para su línea de galvanizado.
En eso coincide Flores, quien detalla que “en la industria automotriz es obligatorio que cumplamos las normas, y aquí intervienen mucho los productos de recubrimiento que usamos. MacDermid nos garantiza que sus productos no van a dañar el medioambiente, que el peso en el componente está controlado, y para eso se maneja el sistema IMDS en el que esta empresa también está inscrita”.
Contar con una línea de zinc-níquel alcalino le dará a EJOT-ATF una ventaja más, ya que “el mercado de zinc-níquel es un nicho en el que no hay muchos fabricantes ni aplicadores que ofrezcan este proceso”, agrega Hurtado.
Cabe señalar que la tecnología de zinc-níquel está libre de ácido bórico, sustancia que ya se está prohibiendo en Europa y se espera que pronto se descarte también en Estados Unidos, por lo que no pasará mucho tiempo para que México la prohíba también, comenta Hurtado. “Tenemos esta tecnología antes de que sea normativa en México, y esa es otra ventaja que les damos a nuestros clientes; les ofrecemos productos con la última tecnología. Los químicos que proveemos son igual de competitivos en Asia, en Europa y en Estados Unidos”.
Mejorar para crecer
El alto nivel tecnológico de EJOT-ATF se corresponde con las ambiciones de la empresa, que planea crecer 10% cada año con el fin de mantener un margen rentable para sus accionistas. “Es un plan ambicioso —reconoce Osuna—, pero lo podemos conseguir si logramos ampliar la participación en el mercado y aprovechamos todo lo que está sucediendo ahora entre Asia y Estados Unidos, que también genera oportunidades”.
Teixeira coincide en este diagnóstico y sostiene que las posibilidades de crecimiento dentro del mercado mexicano son enormes. “Para darte una idea, del total del mercado de tornillos en México, apenas 3% se manufactura en el país. Solo un 3%. Todo lo demás viene de Europa, Estados Unidos o Asia, así que la oportunidad de crecimiento aquí es grandísima”, dice.
Esta cifra en sí misma valdría para explicar el entusiasmo del directivo por lograr una planta hipereficiente, pero sus motivaciones van más allá de lo comercial, pues es un convencido de que si su equipo logra entregar buenos productos a los clientes, se genera un círculo virtuoso en el que todas las personas involucradas ganan.
“La voz del cliente se debe escuchar hasta en el último nivel de la organización. A lo mejor pensamos que somos los mejores, pero si un cliente no tiene esa percepción, de nada nos sirve —afirma Teixeira, quien confía en el poder de las personas para lograr grandes cambios—. Las personas son la fuerza impulsora del cambio. Podemos poner equipos, tecnología y un montón de cosas, pero si no tenemos a la gente capacitada, no va a funcionar. Por eso trabajamos mucho en la capacitación y hay mucha comunicación con el equipo acerca de cómo mejorar, porque siempre hay oportunidades de mejora”.
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