Una plática con… Quinatzin Alberto Vivanco Pita, ingeniero de procesos en GSI

Hace seis años, cuando el ingeniero ambiental Alberto Vivanco estaba por terminar su carrera en la Universidad Tecnológica de Puebla, un amigo lo puso en contacto con el ingeniero Ricardo Rodríguez Medina, fundador y director de Galvanoplastia y Servicios Industriales (GSI), empresa en la que Vivanco hizo sus prácticas profesionales. Dos años después, este ingeniero regresó a la empresa y colaboró en el área administrativa, para luego integrarse al equipo de acabados. Hoy, Vivanco y el equipo de GSI se preparan para obtener la certificación ISO 9001 que les permitirá trabajar con una variedad de clientes de automotriz que demandan acabados en los alrededores de la ciudad de Puebla. Platicamos con él sobre su trayectoria en esta industria y esto nos compartió.

PFM: ¿Cómo llegó a la industria de acabados?

AV: Un amigo me informó que el ingeniero Ricardo Rodríguez Medina necesitaba un ingeniero químico del área ambiental para comenzar a llevar el control de sus procesos y hacer la documentación requerida. Me presenté con él y me explicó los procesos que hacían, que eran anodizado, pavonado y níquel electroless. Me dijo que había oportunidad de crecer y me hizo un recorrido por la empresa. Ese mismo día le dije que me quedaba, porque me brindó la confianza y, aunque era un área que no conocía, quise quedarme para aprender.

PFM: ¿Qué aprendizajes obtuvo en este primer trabajo?

AV: El primer aprendizaje fue la relación con los clientes y el seguimiento a cada trabajo, pero lo principal para mí son los acabados: entender para qué sirven los tratamientos que nos piden y cuál va a ser la funcionalidad; si la pieza se va a ensamblar con precisión o se recubre solo por estética. Nos llegan múltiples piezas de automotriz, de la rama médica, alimentaria, o nos piden un acabado para uso aeroespacial, pero en todos los casos necesitamos saber cuál va a ser su uso, porque muchas veces hacemos el acabado sin saber para qué.

PFM: ¿Qué disfruta más de su trabajo?

AV: Me gusta la satisfacción que le damos al cliente, que te digan que este tipo de trabajo no lo han encontrado en otro lado y que cumple con las especificaciones requeridas, porque desde la recepción del material se convierte en un reto y tenemos que sacarlo con buena calidad. Cada día tenemos un nuevo aprendizaje.

PFM: ¿Cuál es el mejor consejo que le han dado?

AV: Mi familia me alienta mucho a seguir adelante. Platico mucho con mi esposa sobre lo que me toca enfrentar día a día. Hace dos años, cuando falleció el ingeniero Ricardo, al frente de la empresa se quedó su esposa, que es contadora, y mi familia me dijo: “Apóyala y no la dejes sola”. Otro consejo que me dio el ingeniero Ricardo y que lo tengo muy presente fue: “Sé positivo y mejora las cosas que no hiciste bien ayer”.

PFM: Si pudiera intercambiar su trabajo con alguien más, ¿con quién lo haría?

AV: Con alguien que se dedique a conocer las propiedades de los metales, las aleaciones y así aprender del material que trabajamos. Sé que van ensambladas para diferentes usos, pero me gustaría enfocarme más en eso. Una vez que tratábamos un material, me dijo un ingeniero: “Nunca minimices tu trabajo; te voy a decir para qué son estas piezas”, y eran para uso exclusivo militar, y pude ver el producto armado. Este ejemplo me motiva en saber bien el uso de los materiales que tratamos con tanto esfuerzo.

PFM: ¿Algún sitio que le gustaría visitar?

AV: Siempre he querido visitar las zonas arqueológicas del país, especialmente las de Yucatán. Quiero conocer mejor todo México, porque mi primer nombre, Quinatzin, es de origen chichimeca y así se llamaba un emperador de la ciudad de Texcoco.

Libro favorito: Juventud en éxtasis.

Película favorita: Un príncipe en Nueva York.

Música que escucha: romántica.

Familia: mi esposa y las familias extendidas
de ambos.